Si bien, la población de niños, niñas y adolescentes no se encuentran en el grupo con perfiles de riesgo a causa directa por el COVID-19, la emergencia sanitaria producto de la pandemia les hace especialmente vulnerables ante la concurrencia de factores de riesgo que pueden vulnerar sus derechos, con especial atención en los derechos de protección.

La protección de la niñez debe ser considerada como un servicio esencial y por ende corresponde a la Senniaf  la adopción de medidas para responder oportunamente ante las necesidades de protección especializada que se generen el marco de la cuarentena o confinamiento como consecuencia de la Pandemia COVID-19, articulando con los demás actores competentes del sistema, así como promover la prevención de la violencia que pueda afectar a la niñez;  lo que ha  llevado  a la institución a organizar acciones.

La situación actual es  un período de difícil manejo para las familias, pero especialmente lo es para los niños, niñas y adolescentes, quienes también sufren la confusión, la ansiedad, el miedo y la frustración que se genera, siendo sus necesidades de atención en muchos casos silenciadas o ignoradas ante las necesidades del mundo adulto. El estrés y la ansiedad ante la escases  económica y el manejo de la crisis en las madres, padres y cuidadores, a causa de la pérdida del empleo, el aislamiento, el confinamiento excesivo y la ansiedad por la salud, son graves riesgos de violencia en el ámbito familiar que pueden  afectar a la niñez, cuando el adulto responsable no cuenta con los recursos para la gestión no violenta de sus emociones y la construcción de relaciones sanas.

En este sentido, la respuesta institucional de la Senniaf se organiza en dos dimensiones, una respecto a la protección de la niñez en el ámbito del familiar o del hogar y la permanencia en la prestación de servicios de protección ante la crisis sanitaria, y otra respecto a la protección de la niñez en el ámbito de instituciones de protección o albergues.

A partir de hoy  se ha habilitado   el  Centro de Protección Temporal  ubicado en Amador, para los casos de abandono, maltrato, negligencia, abuso que se den en el marco de la cuarentena y que  no cuenten con albergues  disponibles. Este espacio también podrá atender a niños y niñas que queden sin cuidado parental a causa de la enfermedad de su padre, madre o cuidador, afectados por el COVID-19, como en los casos de hogares monoparentales en los que el adulto responsable deba ser ingresado al  hospital.

El Centro de Protección Integral  tiene capacidad para atender una población de 20 niños, gracias  al apoyo de clubes cívicos, la empresa privada y el trabajo en equipo  interinstitucional con el   MEF  a  través de la unidad de Bienes Revertidos, El Club Activo 20-30 quienes desde el principio se sumaron con el deseo de respaldar con acciones  y ayuda, el Despacho de la Primera Dama, con el que “reiteramos el compromiso del Gobierno Nacional con la protección de la niñez”